Tuesday, May 26, 2009

Lo bueno de las crisis

Me da risa como la gente que antes me criticaba, me decía "macabea" ahora anda con la baba en la boca con su pareja. No les tengo envidia, a cada uno le llega el momento. Recuerdo cómo varios amigos me decían "alejate un poco de tu pololo", "ten más libertad" y ahora los miro y nada puedo decirles puesto que yo también cometí los mismos errores.
Los primeros meses pareciera que todo valiera la pena, que cada gesto, momento e instancia es la que pretedermina un futuro juntos. Nos apegamos tanto a la pareja durante los primeros meses y queremos que este "enamoramiento" perdure para siempre. Quedarse abrazados viendo una película, es mejor que salir a carretear con los amigos; las prioridades van cambiando y cada vez compartimos menos tiempo con quienes nos rodean. Qué idiota nos pone el amor derrepente, dejamos de lado amigos, estudios y hobbies y, sin ánimos de ofender, dejamos de ser nosotros. Lo digo porque me pasó.
Nunca pensé que iba a conocer a esta persona, que dentro de mí, durante tantos años, anhelaba salir. Tanta seguridad y cada vez pierdo más el miedo al ridículo, nada me limita y no me importa "el que dirán". Son algunos de los cambios positivos que ha tenido esta "crisis existencial". Muchas veces me pregunté si valía la pena, si podía sobrevivir pero hoy afirmo que así lo fue.
La palabra "crisis" para los chinos significa "oportunidad", en cada crisis el ser humano se investiga, reflexiona, se muestra desnudo al mundo para saber con qué ropa vestirse, verifica quienes son sus amigos y quienes lo quieren y, hasta a veces, se lleva sorpresas. Gente que creías que iba a estar contigo para siempre, en el minuto de más dolor te da la espalda, pero gracias a Dios no soy rencorosa y todo el amor que me ha faltado ha estado presente en otras personas. Así es la vida; de cada momento se saca algo bueno, un aprendizaje y una lección de vida. No puedo negar que fui feliz, porque sí lo fui y por eso me quedo con los buenos recuerdos.
De acuerdo a la epistemología, Carlos Pérez trata a la epistemología como volver a los inicios para saber el origen de nuestro conocimiento. Entonces, pudimos haber construido un edificio grande, pero con bases no muy sólidas que un día se destruyeron. En ese momento pareciera nada cobrar sentido y que luchamos contra las cimientos de algo que nunca fue. Todo parece vago, sin sentido y con poco de lo que "agarrarse" para salir adelante. Pero de a poco vemos como un ladrillo, junto a la ayuda de tus más cercanos te ayudan a construir el mundo nuevamente. No podemos depender de una persona y que esta sea nuestra vida. Nada es para siempre y aunque el amor exista en este momento, hay que aprovecharlo como tal, pero tampoco afanarse con que continúe. Dios sabe cuanto durará y, como dicen sabiamente, si esa persona estuvo contigo es porque en ese momento tenía que estar y si ahora no lo está es porque ya no la necesitas.