Wednesday, July 14, 2010

¡Dios no quiere defensores!

Siempre me he destacado por ser una cristiana fanática. En todas partes, no importa donde sea, soy identificada como la mujer que asiste a misa los días domingos y jamás me he arrepentido, es más, me siento orgullosa por serlo. Pero a veces se me pasa la mano.

Cuando uno conoce algo que te hace feliz, quieres que todos tus amigos y seres queridos conozcan eso preciado, por lo que los llamas, los invitas, les hablas de lo que te pasó, de la felicidad que sientes y si ellos no lo entienden, si ellos no te comprenden y te toman como un loco, te cae la frustración. Ahí empiezas como gato de espaldas a defenderte. Eso me pasa a mí cada vez que trato un tema polémico referente a la Iglesia Católica, la Biblia o el cristianismo. Y es que es imposible tratar de que el otro entienda lo que a ti se te ha revelado y no es porque seas mejor, sino que es voluntad de Dios, de su inmensa misericordia del porqué te escogió a ti. A ti, sólo te queda agradecer.

Me muevo en un mundo bastante agnóstico, resentido, con mucha rabia hacia los poderes fácticos, entre ellos la Iglesia Católica que, además ha estado en la palestra por los temas de pedofilia, situación que es imposible defender. Pero sí hay varios temas polémicos en la sociedad, tales como el matrimonio de personas del mismo sexo, la pildora del día después, del aborto, etc... y lo que afecta más a los jóvenes, la castidad y virginidad, algo imposible para muchos jovenes de hoy. Te tratan de pechoña, de cartucha, de moralista, de anticuada, entre las cosas bonitas que te pueden decir. Pero a mí me pasa algo, apenas siento que están diciendo una blasfemia sobre Jesucristo me salta algo en el corazón y reacciono impulsivamente. ¿Y dónde quedó el discurso cristiano? Ahí está el error.

La vida de una persona cambia cuando Dios participa, hay un cambio del cielo a la tierra y descubrimos lo frágil que somos, lo pecadores, pero lo libre que estamos gracias a la conversión y, porsupuesto, lo amado que nos sentimos. Comenzamos a ver con los ojos de Cristo y él es nuestro filtro, no de buenas a primeras, pero sí con el tiempo y en la medida en que Dios se va revelando. Cuando empezamos, también queremos ser los héroes del mundo, queremos salvar este mundo de la muerte del pecado, queremos que Dios se haga presente en la miseria de la gente. Pero nos queda grande, los tiempo de Dios nunca son los mismos que los de nosotros y sólo él sabe. Por eso si el otro te discute acerca de tu religión, te pelea y no está de acuerdo da una rabia enorme, sobre todo si Dios te ha echo tanto bien.

No podemos convertir de un día para otro a nuestros amigos, no puedo meterme dentro de la cabeza de la otra persona y que ponga "aceptar" a mi invitación para convertirse al cristianismo. Por eso, el amor es libre y Dios permite esa libertad. Si estamos con Dios, no podemos andar disparatando cosas, siendo impulsiva o responder a la primera. De esta manera sólo se nos cae el hermoso discurso del cristianismo. Más se convierte con el testimonio, con el hacer, con que te vean que estás bien...

"Dios no necesita defensores sino hombres que lleven su palabra, no que encandilen, sino que iluminen"

Saturday, July 10, 2010

Periodistas chaqueteros

No hay nada más extraño que el periodismo deportivo. Si no hablas de resultados, pareces hincha hablando de tu equipo favorito. Sobre todo en Chile, donde la mayoría de los periodistas son chaqueteros y les resulta casi imposible ser objetivos.

Ya el periodismo en general está en baja, con eso de la tecnología y el periodismo ciudadano, como que no hace falta estudiar cinco años para poder ejercerlo, cualquiera que escriba bien, hable bonito, tenga presencia puede ser periodista hoy en día. Hay que manejar datos, estadísticas, memorizar jugadas y cosas ñoñas. Sino, no son catalogados periodistas deportivos, por eso hay pocos buenos y los que hay en televisión SON LOS PEORES. Se soban el lomo entre unos y otros, mantienen una estrecha relación con sus fuentes para conseguir la información privilegiada pero eso a veces los limita y ahi dónde está el peligro.

Pero lo que más llamó la atención durante la transmisión de los partidos de Chile en Sudáfrica 2010, es contar con la presencia de Pedro Carcuro, Fernando Solabarrieta e Iván Zamorano. ¿Quién lo mandó a estar ahí? Un ejemplo claro lo tuvimos con el primer gol de España. Carcuro daba por muerto el partido, a pesar de que Chile no jugaba tan mal, ya con el segundo era el suicidio y no podríamos clasificar a los octavos de final. Todo cambió en el segundo tiempo cuando Millar entró y metió el gol que necesitábamos. Es verdad, era un partido que se podría haber jugado mejor, pero ¿para qué el pesimismo?

Bueno, la verdad lo chaquetero no sólo existe a nivel nacional, sino que internacional. Hoy, viendo la definición entre el tercer y cuarto lugar entre Uruguay y Alemania por internet, los comentaristas mexicanos hinchaban prácticamente por el equipo europeo. ¿Por qué siempre el favorito es el que más gritan los goles, que dicen que juega mejor o que transmiten con más ímpetu? Mas si Uruguay, en la persona de Forlán mete un gol, la algarabía de los relatores es total, diciendo que apostaban siempre por este equipo. A simple vista, se podía visualizar que Uruguay jugaba con más garra, pero más desordenado y arriesgando más, mientras que Alemania (confiando en el pulpo Paul) entregaba mayor seguridad a sus jugadores en el trabajo en equipo y eso fue al final lo que no los debilitó, además, claro, de las fallas que cometió el arquero Uruguayo.

Sin embargo, hay otros que gozan con el fútbol, con el de calidad, no importando si se presenta la selección de Ghana en la cancha o si juega la furia roja, de igual forma los goles son relatados. Es cierto, el periodismo debe ser objetivo, imparcial, pero es casi imposible cuando tienes sentimientos... si tampoco son robots, pero tampoco es necesario ser tan explícito en el gusto que se tiene.

No es sólo gustar de los deportes o querer haber sido futbolista, no es sólo jugar pichangitas o comentar los partidos con el compañero amigo, sino mejor le pongo una grabación en la oficina... esto conlleva mayor aprendizaje que a veces no se logra en la Universidad. Tal como en Argentina que toman el fútbol en serio y allá sí que no hay chaqueteros, a pesar de perder por 4 a 1 frente a Alemania. En el país trasandino existen herramientas para estudiar metódicamente el periodismo deportivo, para disimular el hincha que llevas dentro. Porque con que te declares de un equipo no significa que puedas observar o admirar al rival y eso es lo que le falta a los periodistas deportivos, dejar de cambiarse la chaqueta y relatar con los ojos del periodismo, aunque cueste.