La paciencia es una virtud humana, pero es vital para desarrollar una vida cristiana. Llegando a fin de año, repaso todos los instantes de mi vida durante el 2009 en que Dios me ha hablado de diferentes formas y puedo decir que esta palabra se repitió constantemente.
En esta misma fecha, el año pasado, estaba destrozada, creí que había ocurrido una injusticia, que me habían pagado mal y que Dios tenía que cumplir con lo que le pedía... si total siempre había sido buena con él y cumplido, dentro de lo posible, con sus mandamientos. Pero me equivoqué, yo la patuda le estaba exigiendo al todopoderoso que me diera todo porque era buena y me habían pagado mal, no asumiendo mi culpa y tomando la parte más fácil del asunto; haciéndome la victima de la situación.
Era fácil llorar y verse reflejada como un estropajo en el espejo y que todo el mundo te dijera "ya va a pasar". Más victima me hacían sentir y cultivaban mi protagonismo. Pero nada de lo que pedía se cumplía y empecé a desesperarme con Dios... PACIENCIA
Conseguí una pega en el verano, un grupo de amigos y algo de distracción que me ayudó plenamente a salir adelante pero no era lo que yo pedía. Pero Dios me tenía algo mejor. Este año fue cuando me di cuenta de que los tiempos de Dios no son los mismos que los de nosotros. Que los minutos para él son más largos y los años parecen siglos y que todo tiene un porqué y aunque odiemos esa frase "todo pasa por algo", de verdad que todo pasa por algo y sólo Dios sabe porqué hace las cosas. Otra vez, PACIENCIA...
Desesperadamente quería ser lo que nunca fui y me metí a hacer hartas cosas a la vez. Guitarra, coro, trabajo, carrete, estudio, iglesia y otras actividades... hasta que colapsé. Quería resultados inmediatos, quería una vida propia luego pero Dios me dijo Tranquila Jean, pronto la tendrás. Intentaba ocuparme en mis propios asuntos para no pensar en la pena, en el dolor, ni en el amor... cuando me di cuenta que estaba evitando un sentimiento que debía afrontar... nuevamente la PACIENCIA me volvía a aparecer.
Inútilmente busqué el amor en varias partes, intentando suplir la pena con "el clavo saca a otro clavo". Pero no sirvo para esas cosas asi que debí retirarme a mi propia existencia y dedicarme a mí vida, sin depender de nadie para ser feliz. Me di cuenta de que no hay nada más pasajero como las relaciones amorosas y de amistad. Que tan fácil como llegan, tan fácil se van y la vida se volvió una incertidumbre, pero gratificante de donde todos los días te podías sorprender.
Comencé a vivir mi vida. Eso que nunca hice desde muy pequeña. Siempre me importó "el qué dirán" o de qué manera agradar a los demás, pero me aburrí y me mostré tal cual era. Un poco torpe, ingenua, divertida, llorona, agradable, amable, tierna, demasiado sincera, atrevida, coqueta, enamorada de Dios, muy religiosa, apegada a la familia y muy buena amiga. Me cuesta retener la información y a veces hasta necesito preguntar dos veces por la información para poder saber dónde ir, me pierdo fácilmente y muchas veces he llegado más allá en el metro por andar despistada. En fin, me acepté, tal cual era y me gustó y así me mostré a los demás. Y qué puedo decir?, creo que se encantaron conmigo, no digo que sea bkn pero sí que una nueva jean ha nacido de la crisis que pasó el 2008. Increiblemente cómo un pololeo te puede marcar de tal forma que tu vida cambia 100%. Tonterías dirán algunos, yo digo que sólo Dios sabe porqué hace las cosas: tanto que lo desplacé, ahora me rendía cuentas. Y así es que, por fin acepté, "Señor tú me entregaste una relación maravillosa y tú también me la quitaste. Bendito seas por ser cómo eres conmigo".
Es en este año en que la paciencia se ha cultivado. Me enojo menos y me irrito por menos cosas. He aprendido a valorar a los que me rodean, en especial, a mi padre y a mi hermano con quienes no compartía mucho tiempo antes y ahora me acerco para hacerles cariño y conversarles. Ha sido tan gratificante este año. Y terminándolo me puedo dar cuenta de que esperando en el Señor, las cosas se van solucionando y el futuro es mucho más certero y seguro junto a él. Aunque no me da lo que le pido, me entrega cosas que me hacen mucho más felices y justas para mi perfil. Por eso creo que LA PACIENCIA es la palabra de este año en la que estar dispuesta para Dios es la forma más certera de llevarla a cabo.
