D08: El recorrido que No discrimina

Hoy les hablaré de mi querida y tan ansiada D08. Cómo amo cuando me está esperando en la puerta del metro Bilbao, cuando extiende sus brazos y me espera como un enamorado con flores recién compradas. Pero como hay amor, también hay odio... hay días que bajo el sol, la lluvia y el frío me hace esperarla como una novia que no quiere casarse y yo celosa, me desespero. De todas formas la espero, hasta que llegue... más le vale tenerme espacio, si no... !!!

Su recorrido lo parte en el metro Bilbao. Una fila de una cuadra espera su llegada y muchos confites pasan por las manos de estos pasajeros, que aburridos, esperan un asiento o - por lo menos- entrar en el bus. Todo el camino que comprende Bilbao hasta Padre Hurtado, por lo menos hay cinco clases de pasajeros que se identifican: La ABUELITA; que va hacia el Jumbo, con cara de cansada mira el puesto para ver si alguien se lo cede. Por otro lado, está el trabajador de la constru, que con la cara manchada, el sudor en la frente y la transpiración en el cuerpo,se dirige a los últimos asientos. Es el personaje, que terminada su jornada, un vasito de tinto pasa por sus labios. Apretados uno a otro, logro distinguir la señora que con un olor a perfume intenso y barato, pinta sus labios bien rojos y -entre rollos y arrugas- luce una polera bien escotada. Mientras tanto, los escolares del Colegio San Gabriel -mayormente- hacen ruido y chillan. Como si a uno no le doliera la cabeza luego de un día exhaustivo de clases. También están los universitarios, ubicados al borde de la ventana con un libro o fotocopia en las manos, no alzan la vista pues no quieren perder el privilegio de estar sentados. Sin embargo, dentro de este enjambre diverso de gente, me llama la atención los ejecutivos, que supuestamente deben tener auto pero por razones que desconozco están arriba del bus con sus maletas, trajes elegantes, celulares en mano y hablando "con la papa en la boca", preparando -quizás- la reunión de mañana a primera hora. Mujeres de situación económica alta casi no se ven, muchas son bien adultas y visten elegantemente con perlas de fantasía en el cuello. Y el querido chofer o conductor, como quiera llamarse. Algunas veces actua de consejero y otras mejor ni hablarle, tal como un pitbull saca sus dientes... Quizás no tomó desayuno, hay veces que hasta le daría el mío. Pero prefiero que no, tengo un largo día por comenzar y en la noche también lo veré, cansado, apurado y casi durmiendo... esperando dormir para empezar todo de nuevo. Lo que puedo concluir, es que es una micro donde todos suben y -si no- el Sr Conductor se encarga de que lo hagan, pues se detiene en cada paradero y a la fuerza pretende que todos entren.

Lolach