Wednesday, May 14, 2008

La novia triste

El otro día una mujer de no más de 35 años, llegó con sus dos hijos pequeños, entre 7 y 5 años respectivamente. Estaban buscando un nuevo hogar, debido a que el que estaban no les gustaba y querían venderlo. Por cosas del destino, de la vida, etc, estamos vendiendo la casa y los hice pasar. Recorrieron todos los lugares, conversamos harto sobre cada rincón de la casa, se notaba contenta y extasiada por el lugar sin embargo lo que más me llamó la atención fue cuando dijo: "hace pocos meses me separé de mi marido y queremos vender la casa para repartirnos la plata".
Uno sueña desde chica casarse de blanco, con todas las de la ley, con un matrimonio lindo, lleno de sorpresas, alegrías y comida esquisita, arreglos por aquí y por acá pero nos despreocupamos de lo más importante. Del sentido del porqué llegamos a ese punto de la vida en que le entregamos una vida entera por delante a una sola persona, que le debemos respeto, cariño, amor, comprensión y todo lo que dice el cura antes de "los declaro marido y mujer, puede besar a la novia". ¿Qué mujer no ha soñado con aquel momento?, pero creo que es importante que ese momento sea para siempre.
Admiro a mis padres, que a pesar de todo siguen juntos; los años pueden pasar, hay muchas diferencias y cada uno se saca de quisio de vez en cuando pero siempre siguen juntos. Discuten, pelean, pero se reconcilian... en fin, se aman. De verdad los admiro, porque observo a otras parejas de matrimonio que de verdad no logran ni un quinto de lo que ellos han logrado en casi 22 años de matrimonio. Se nota que cuando se casaron, tomaron esa decisión de que es una mujer u hombre para TODA LA VIDA.
Pero yo me pregunto ¿hay que pensarlo mucho? Pongamos un caso, una pareja que lleva muchos años de pololeo y ha hablado, frecuentemente, del matrimonio y, a simple vista, se quieren y están en una edad suficiente como para concretar algo más formal... ¿por qué no casarse?. He escuchado comentarios de hombres y mujeres que esperan que el otro cambie, que el otro se pegue el alcachofazo de que no le gusta como está actuando, de que cambie su actitud, su personalidad o cosas que le desagradan. Pero ¿hay que pensarlo mucho?, esas cosas se hablan, se conversan, se discuten y se arreglan; son mínimas. Creo que las razones que más importan en estos casos son el amor, el fundamento económico (aunque muchas veces se puede dejar de lado) y la incompatibilidad, que pretenden cambiarla antes del matrimonio.
Si una pareja no se lleva bien en el pololeo, no va a ser así en el matrimonio; el papel y el compromiso ante Dios no va a cambiar los genios de ellos, las peleas y discusiones si no que solamente estas se podrán arreglar.
También hay que reconocer algo, hay parejas de pololeos que no quieren casarse porque le temen a la separación. Por ese lado, los entiendo pero si se aman y ven que las cosas van bien lo demás se puede ir arreglando. Sin embargo las cosas cambian aún más con la llegada de un hijo y ese era el tema más discutido. Por un lado, el tema de que el hijo que nace no tiene una familia ante Dios. No es lo mismo que te apoye tu esposo a que te apoye el papá de tu hijo, ya sea pololo, conviviente etecetera. Hay que ser conscientes de que cuando traemos un hijo al mundo las cosas deben estar firmes y bien encaminadas para anidarlo, protegerlo y recibirlo. La idea principal es acogerlo en una familia constituida en el amor y sobre la base del compromiso que se rigió ante Dios. Quizás para muchos de ustedes estaré hablando de manera demasiado moralista, conservadora, muy dogmática y sí, lo reconozco. Pero es que esos temas de familia son tan delicados por eso es que tenemos a una sociedad tan descarrilada. Si existen casos en que la pareja tiene un hijo y después se casa, como para afianzar la relación y formar la familia. Que también es válido y hermoso por lo demás, sin embargo me discutían que "muchas parejas que se casan por el hijo se terminan separando después porque el encantamiento del hijo no dura más de tres años...".
Si vamos a constituir una familia, si un niño va a nacer, la idea principal es que tenga un hogar en donde acogerse, en donde alimentarse y que este reciba el mayor amor. Y también si la pareja decide no casarse porque, simplemente, no está segura, mejor no hacerlo. Más vale arrepentirse a tiempo que terminar un compromiso más decisivo. Además el padre cumplirá sus responsabilidades estando soltero o casado. Aunque, a decir verdad, no es el plan que tengo de vida. Pero prefiero eso ante la separación. No juzgo a la gente que lo haya hecho, tengo casos muy cercanos pero pasar por ese dolor, dejar a los hijos botados o desamparados en momentos tan tristes es mejor no darselos. La responsabilidad esta primero, pero también hay algo muy cierto; cuando un hijo nace lo damos todo por él hasta el punto de dejarnos de lado... por eso es que muchas parejas se equivocan porque creen estar "enamoradas" y al final están amarrados por los hijos... La Jean

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