Wednesday, August 08, 2007

¿Serán los últimos años de la concertación en el Gobierno?

El "sueldo ético" de Monseñor Goich ha traído muchos polémicas en el gobierno. De esta forma puedo notar "como tiembla el gobierno" ante cualquier opinión. Bien sabemos que Monseñor Alejandro Goich no tiene ninguna ingerencia en el sueldo económico básico de los chilenos, menos aún en temas económicos, creo que ni siquiera los maneja bien. Pero las críticas van y vienen y la promesa de la concertación se va debilitando a medida de que avanza el tiempo. "Igualdad para todos", "un Gobierno del pueblo", "Crecer con igualdad", "un Gobierno personal", se ha transformado en paternalismo, mala gestión, mano débil y desigualdad por doquier. Los recursos económicos están mal distribuidos por todo Chile, pero eso no es nada nuevo, desde hace mucho tiempo se viene estilando la misma tendencia, sólo que en este tiempo con la crísis climática, se ha incentivado.
La concertación tiembla sabe que sus días están contados, espero. Lo único malo es que los chilenos olvidamos fácilmente y no sé si en tres años más recordarán por todo lo que han pasado: Transantiago, entre otros, y eso es ya decir mucho.
El sueldo ético de Goich, no es menos razonable, eso sí debieran realizar sesiones de debates y reuniones especiales en las que todos discutieramos sobre el futuro de nuestro país y lo que se viene para el bicentenario. De acuerdo a esto, también debieran haber personas dedicadas exclusivamente para representar a la ciudadanía en el parlamento. El mismo lugar donde se limpian los bigotes y "hacen la cama" unos y otros, no pensando en la realidad que los rodea.
La presidente tapa los baches que va dejando con leyes, con proyectos, con ilusiones, con los sentimientos de comunistas que siguen viviendo en el pasado y doña Michelle se encarga de revivirlos, argumentando que la libertad se obtuvo con la concertación y, con ello, la democracia.
Creo que Chile tiene miedo de que la derecha o centra derecha se haga cargo del país, pero el cambio es urgente, se ve por doquier. Cuando se estalló la crísis asiática en Chile, por mi casa y muchas de mis conocidos no ocurrió nada, pero ahora con la subida de los precios de las verduras, del petróleo, del agua, del gas, de la electricidad, etc... con ello, TODOS SUFRIMOS CON IGUALDAD. Quizás a ello se refería Ricardo Lagos cuando en su campaña política prometía "crecer con igualdad", pero la gracia es subir los niveles, no disminuirlos. Tampoco tengo la idea de robin hood; "robar a los ricos para darle a los pobres", cuando un rico tiene dinero debe ser por algo y si el pobre no trabaja así justifica su pobreza. La falta de integridad, de capacitaciones, de agrupación, de unidad y comunidad es lo que le falta a Chile. Partir con el vecino, luego el de la esquina y pronto con el chofer del transantiago, después vendrá la ayuda comunitaria.
No sería malo pensar en un mundo donde el gobierno piense en su pueblo, en el que le le tuvo fe y quien los llevó a dirigir La Moneda, por último; les debe algo. No sería malo pensar en el cambio: recuerden que son 20 años de concertación, "dictablanda" que no han sabido aprovechar para llevar las riendas del país. Tengo fe de que Chile quiere otra economía, otro estado y otra comunidad nacional, tengo fe de que algún día me sentiré chilena y lloraré con el himno nacional, quizás cuando viaje a Francia, quizás cuando gane la Universidad de Chile, quizás cuando un buen acto salga de los brazos del Gobierno actual... Pues bien, seguiré esperando el cambio, pero no de brazos cruzados, de brazos alineados al cielo, rogando por una nación mejor.

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