Wednesday, June 03, 2009

Con el corazón azul


Pocas veces disfrutamos de los triunfos del fútbol chileno, pocas veces aplaudimos los balones en la red y mucho menos sabemos de copas y campeonatos ganados. Por eso hoy destaco la figura de Marcelo Salas.

El pasado 2 de junio, el Estadio Nacional se vistió de azul para despedir a un grande. Parecía un anticipo de campeonato de la Universidad de Chile y es que los 60.000 espectadores que repletaron los asientos del estadio querían decirle adiós a su mayor ídolo. No se podía faltar. Todo estaba preparado desde hace varios meses y desde que Canal 13 comenzó incentivando el evento muchos corazones, tocados con los goles del Matador, querían asistir a su despedida.

En el marcador se leía "Adios Matador" y los carteles azules de la galería sur lo despendían, tal como si fuera parte de la familia. En una noche de tantos simbolismos, tantos años compartidos, tantos goles celebrados, muchos hinchas crecieron junto a las celebraciones del 11; de rodillas y con el dedo en alto, hoy, ya crecidos, rememoraban todas las alegrías del Mundial del 98`en los que la dupla SaZa hacía temblar el arco contrario.

En las galerías se encendían antorchas y fuegos de artificio para cuando el Matador salía a la cancha a eso de las 21.30 horas. Hace ya bastante rato la hinchada enardecía por su salida y gritaban "sale Matador", pero cuando este se asomó los aplausos bajaron desde lo más alto para darle la última bienvenida a las canchas del Nacional. Aún asi, la organización no me pareció del pelo de un ídolo del fútbol chileno, quizás en televisión se podía apreciar mejor, pero desde la galería norte poco y nada podíamos divisar los fanáticos, que aún así alentaban con el corazón. Pero no todos consiguieron la misma suerte, cerca de mil seguidores no pudieron entrar y muchos que compraron galería sur, debieron ser remitidos a galería norte. Aquí la gente no distinguía asiento, ni escalera, todos mezclados y bien juntos saltaban intentando ver algo del espectáculo, que de verdad bien poco fue tomado en cuenta.

Pero bueno, no importaba si tenías que estar de pie los 45`minutos, si no alcanzaste a ver los goles de Salas, lo importante era rememorar y agradecer por tantos momentos de felicidad que le entregó al fútbol chileno. Cómo olvidar el "¡Shileno!" que le gritaban en River Plate. Sin duda dejó en alto el nombre de Chile en tierras argentinas y en La Lazio y Juventus de Italia. Sólo por los trasandinos fue reconocido, quienes le otorgaron un distinguido homenaje, por supuesto la familia azul no podía faltar y de la mano de tres integrantes de la hinchada de Los de Abajo recibió un albúm con fotos que resumían las alegrías vividas.

No importaba la calidad del juego, ni siquiera los jugadores que visitaban la cancha, el espectáculo se resumió en gritos que la hinchada azul había preparado especialmente para la instancia. "Salas querido, los de abajo jamás te olvidarán" se escuchaba desde las galerías, quienes amenizaban el poco fútbol que se jugaba en la cancha. Y cómo no ovacionarlo si le otorgó dos campeonatos seguidos el 94´y 95´, dos torneos de Apertura el'96 y '97, dos de Clausura el '97 y 2004. Pero jamás olvidar, la calidad de juego que tuvo en su tiempo, la certeza en los penales, la agilidad para confundir al arquero y habilidad para convertirse en el máximo goleador histórico con 37 conquistas. Como dice Cooperativa: "sin duda, el mejor delantero nacido en estas tierras".

Entonces ¿porqué no alardear? En Brasil, los bambinos desde la cuna saben dominar el balón, basta nombrar a Pelé, Ronaldo, Ronaldinho, etc, etc, en Argentina el dies de Dios se lleva todos los aplausos. A pesar de sus errores, Diego Armando Maradona sigue siendo el idolo de miles de hinchas argentinos. Y ¿porqué en Chile nos cuesta tanto valorar el trabajo del fútbol chileno? Marcelo se mantuvo intachable y se alejó de los medios chilenos para no caer en la farandulización, para que sólo hablaran de su fútbol. Cuando empezó a jugar mal, prefirió dar un paso atrás y se despidió de la canchas para terminar uno de sus mejores ciclos. Aunque hubo momentos en que la prensa quiso acabarlo, prefirió seguir adelante en el club de sus amores, siendo el capitán y el que manejó el juego a mitad de cancha.

Como dijo una amiga; "adios a las canchas, bienvenido a la historia". Es así como José Marcelo Salas Melinao se nos ha quedado en la historia del fútbol chileno y no sólo como un gran jugador, sino también como una intachable persona, a la que muchos han seguido por tanto tiempo. Tenemos un ídolo, una figura del fútbol, ahora sólo falta destacarla como se lo merece, sin resquemores, ni colores, ni partidos, sino valorando el juego que hizo. Pocos juegan bien, pero, como dicen por ahí, de lo bueno, poco y qué bien jugaba el Matador.

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