Desierto, sin nada, ni nadie, derrepente es necesario para escuchar lo que necesita el alma y el corazón, pero también es necesaria la bulla para sentirse acompañada y ver si en verdad aquel ambiente nos alimenta. Muchas veces lejos del ruido, no nos damos cuenta de qué nos hace daño, con la rutina diaria, debemos ser capaces de percibir los gestos, actos, actitudes y personas que nos dañan y tratar de solucionar eso. El ojo debemos estudiarlo, debe ser capaz de sentir y percibir el mal, o más bien, lo que nos hace mal. También, puedo reconocer, es difícil sentirse mal si no hay culpabilidad y seguimos los pasos del mundo, que nos ofrece facilidades sin amor, sin doctrina, sin leyes que nos unan y sólo desunión entre unos y otros.
El mundo en el que vivimos, anda de un lado a otro, no para, no se detiene, sólo vaga buscando "la felicidad". Pero nunca se sacia, nunca se llena, no se siente feliz y seguimos adquiriendo más. Cuando las cosas son tan materiales, tan vanales, no llenan ni llegan a nuestra alma, que también necesita alimentarse.
"Tengo sed", "Tengo hambre", "No sólo de pan vive el hombre", esto me llega a decir: "Te necesito", sin ti no soy nadie y por eso vivo día a día. Ese alguien, no es un cualquiera, como podrán darse cuenta debido a mi experiencia, siempre será Dios, porque de él provenimos y hacia él vamos.
Desde siempre,he pronuciado esta frase en mi mente "por ti y para ti", lo más lindo s que ese "ti", no tiene fin, es eterno por lo que vale la pena dedicarle la vida. Cuando las vanalidades se apoderan de nuestra vida, cuando nada nos sacia es mejor pensar y preguntarnos el porqué. Nada nos satisface, tengo ansiedad, sigo comiendo, la respuesta está en ti y en Ti, no sé si me entiendes. En ti (uno mismo) y en Ti (en Él, en Dios).
"Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto, si no descansa en Ti"
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment